De acuerdo a los resultados de una nueva encuesta publicada por la firma global de servicios profesionales, Deloitte, menos de la mitad de los profesionales confían en la capacidad de los equipos financieros de sus organizaciones para recopilar e informar sobre las métricas financieras de factores ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG), citando la recopilación de datos y la escasez de personal como los principales retos.
Según el comunicado de Deloitte, la encuesta fue realizada a más de 3.000 profesionales, y también indicó que muy pocas organizaciones han contratado a profesionales dedicados a la elaboración de informes ESG, a pesar de los importantes beneficios percibidos.
«Es preocupante ver que tan pocos encuestados declaran tener confianza en sus informes ESG mientras esperamos nuevas directrices reguladoras de EE.UU. sobre los requisitos de información sobre el clima», indicó Dina Trainor, directora general de Deloitte Risk & Financial Advisory.
«Ahora es el momento de examinar detenidamente las capacidades y protocolos actuales de su organización en materia de información ESG y emprender las mejoras necesarias. La buena noticia es que hay acciones claras que las organizaciones pueden llevar a cabo y que tienen una fuerte correlación con la creación de confianza en la información ESG», añadió Trainor.
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Resultados
Según Deloitte, solo el 45,7% de los encuestados declararon tener confianza en la capacidad del equipo financiero de su organización para recopilar e informar sobre métricas ESG como DEI (diversidad, igualdad e inclusión), sostenibilidad y gobernanza con fines de cumplimiento normativo.
Sin embargo, la encuesta reveló que la confianza en las capacidades de elaboración de informes ESG aumentaba significativamente si las organizaciones contaban con personal dedicado a la elaboración de dichos informes, o si los equipos financieros participaban en asuntos ESG.
Los profesionales de las organizaciones que cuentan con un «controlador ESG», o una persona centrada en los aspectos de información financiera y controles, declararon tener un 75,5% de confianza en las capacidades de información de su organización, 30 puntos porcentuales más que los que carecen de dicho cargo.
Del mismo modo, los profesionales de organizaciones en las que los equipos financieros tenían algún nivel de influencia en cuestiones ESG tenían más del doble de probabilidades de declarar que confiaban en la información ESG, con un 60,7%, en comparación con solo el 27,2% de las organizaciones sin influencia de la función financiera en dichos factores.
A pesar de la brecha de confianza descubierta por la encuesta, menos de uno de cada cinco encuestados (16,4%) dijo que sus organizaciones tienen un controlador ESG, el 41,6% informó de que no tiene planes de contratar a uno, y solo el 7,2% informó de planes para añadir un puesto de este tipo en el próximo año.
El 53,4% de los profesionales declararon que sus equipos financieros tienen cierto nivel de influencia en cuestiones ESG, y solo el 17,2% declaró un nivel «alto» de influencia, como la asistencia a reuniones del consejo de administración o de la dirección, la participación en la definición de políticas o la emisión de informes para la dirección.
Más datos
La encuesta también examinó los retos a los que se enfrentan los equipos de contraloría en sus esfuerzos ESG, con la recopilación de datos citada como el mayor reto por el 26,3% de los profesionales, seguido por la escasez de personal debidamente cualificado para apoyar las cuestiones de contraloría ESG en 17,6%, y el cambio de los procesos organizativos para permitir la presentación de informes eficaces en 17%.
Los profesionales de organizaciones con un controlador ESG eran mucho más propensos a señalar la recopilación de datos como el principal reto, con casi 40%.
Los bajos índices de confianza de la encuesta se producen en un momento en el que se espera que las organizaciones de todo el mundo cumplan cada vez más requisitos normativos para informar sobre sus riesgos, oportunidades y planes relacionados con el clima y la sostenibilidad, con la introducción de nuevos requisitos de divulgación ESG en jurisdicciones como EE.UU., la Unión Europea y el Reino Unido, entre muchas otras.
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