Verisk, una de las grandes empresas de modelización de riesgos cuyos modelos se utilizan en todo el sector de seguros y reaseguros, indicó que el sector mundial de los seguros debe afrontar pérdidas anuales de 151.000 millones de dólares por catástrofes naturales, y mucho más en años malos, según una nueva previsión que pone de relieve los retos del cambio climático y la expansión urbana.
Las perspectivas del «Verisk 2024 Global Modeled Catastrophe Losses» analiza los retos actuales a los que se enfrenta el sector mundial de los (re)seguros para gestionar las recientes pérdidas por catástrofes.
Desde 2012, Verisk publica anualmente un informe global sobre el riesgo de eventos extremos. Este informe evalúa el riesgo global utilizando la curva de probabilidad de excedencia (PE) de la industria, proporcionando contexto para años con pérdidas aseguradas significativas, como 2017.
«El sector se esfuerza por hacer frente a un aumento de las reclamaciones por catástrofes naturales que ha disparado el costo de la cobertura y obliga a las aseguradoras a retirarse de algunas zonas de riesgo», afirmó Rob Newbold, presidente de Verisk, quien dijo que los últimos cuatro años difíciles para el sector no deben considerarse atípicos.
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Datos de Verisk
En los últimos cinco años, las pérdidas aseguradas anuales reales por catástrofes naturales alcanzaron una media de 106.000 millones de dólares, frente a los menos de 83.000 millones del quinquenio anterior.
Los últimos modelos de Verisk estiman que el promedio anual de pérdidas aseguradas (AAL) por catástrofes naturales asciende a 151.000 millones de dólares, de los cuales más de tres cuartas partes, 119.000 millones, corresponden a pérdidas no agrícolas, lo que sugiere que el sector debería estar preparado para experimentar pérdidas aseguradas anuales totales, por catástrofes naturales y cultivos, muy superiores a los 151.000 millones de dólares de media.
Aunque se prevé que el evento individual más importante sea un huracán o un terremoto, las tormentas convectivas severas, las extratropicales, los incendios forestales y las inundaciones constituyen una parte significativa del riesgo, representando algo más de la mitad de los 119.000 millones de dólares del AAL modelizado (no cultivos).
A escala mundial, estos peligros siguen erosionando los beneficios de las aseguradoras y, en algunos casos, de las reaseguradoras, según los mercados y las estructuras de los tratados. En 2023, los siniestros asegurados se vieron impulsados por un aumento de la siniestralidad no relacionada con huracanes y terremotos y, en particular, ningún siniestro global de cualquier riesgo superó los 10.000 millones de dólares de pérdidas.
En Estados Unidos se registró una temporada récord de tormentas severas, con siniestros que contribuyeron en más de 57.000 millones de dólares al total de siniestros asegurados para 2023. En EE.UU., el AAL ajustado en los últimos cinco años es de aproximadamente 39.000 millones de dólares, frente a 23.000 millones en el quinquenio anterior, y una media de 10 años de 31.000 millones de dólares.
Mirada al futuro
La empresa afirma que «si bien los últimos años de siniestros recuerdan la importancia de gestionar una visión global del riesgo a través de una gama de riesgos, no debemos olvidar que la gestión del riesgo es un elemento clave».
De cara al futuro, es probable que un año con una PE del 1% o peor implique tanto una frecuencia como una gravedad elevadas, afectando a los riesgos primarios y secundarios a nivel mundial, con pérdidas potencialmente significativas en EE.UU., Europa y Japón.
Aunque todavía no se ha producido un escenario de pérdidas de cola a escala global, las simulaciones de modelos indican que tales escenarios podrían resultar de varias combinaciones de eventos dentro de un mismo año.
En la actualidad, el cambio climático representa aproximadamente el 1% del aumento anual de las pérdidas, siendo el crecimiento de la exposición y la inflación los principales contribuyentes, aunque se espera que su influencia se haga más significativa en las próximas décadas.
Por último, Verisk señala que «el sector asegurador debe ser proactivo y utilizar modelos avanzados y prospectivos para estimar mejor el riesgo y orientar la toma de decisiones internas».