El Dr. Matt Bell, director de Servicios Globales de Cambio Climático y Sostenibilidad de EY (Ernst & Young Global Limited), multinacional de servicios profesionales con sede en Londres, Inglaterra, analiza en ESG Today las nuevas tendencias en sostenibilidad y cómo pueden adaptarse las empresas a ellas.
«El tema para 2023 ya está fijado. Si 2022 fue el año de los compromisos empresariales con la sostenibilidad, este es el año en que las promesas se convierten en propuestas, las declaraciones de misión en métricas y los objetivos en acciones.
Hasta aquí, todo bien. Pero, ¿cuáles son los principales impulsores, bloqueadores y posibles consecuencias imprevistas que se avecinan?
1. Regulación sin margen de maniobra
No es difícil adivinar el primer factor: la inminente regulación. Pero no se trata solo de la cantidad, sino también de la calidad. Los reguladores han ampliado su ámbito de aplicación y han afinado los detalles, colmando las lagunas que permitían a algunas empresas aprovecharse de la ambigüedad.
Un ejemplo es la histórica Directiva de la Unión Europea sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD), que obliga a casi 50.000 empresas europeas a informar sobre una amplia gama de asuntos relacionados con la sostenibilidad.
La novedad es que las empresas tendrán que informar sobre sostenibilidad de una forma tan controlada como lo hacen con sus datos financieros. Mientras tanto, en Estados Unidos, y a pesar de los retrasos, la Securities and Exchange Commission (SEC) propone cambios en las normas sobre divulgación de información relacionada con el clima. Como una de las mayores economías del mundo y segundo mayor emisor de carbono, esto es significativo y es una prueba más de que Washington está jugando a ponerse al día en materia de regulación.
2. La resistencia persistirá
En las últimas semanas, 18 Estados de EE.UU. han formado una alianza para hacer retroceder los planes de Joe Biden sobre la «Agenda Medioambiental, Social y de Gobernanza (ESG)». Las propuestas presentadas por la SEC también han recibido un número récord de respuestas, algunas de las cuales no son favorables.
Hay un elemento de «conflicto cultural» en juego, que a veces sitúa el pensamiento verde en oposición a los valores tradicionales. Esto puede parecer simplemente el último coletazo del dinosaurio, pero tiene graves implicaciones.
Por ejemplo, inversiones ciegas a los riesgos medioambientales o sociales que podrían repercutir en el precio de las acciones o una reacción violenta contra los mercados del carbono. También es interesante observar cómo todos los acontecimientos, desde la pandemia hasta la guerra de Ucrania, pueden utilizarse en contra de los objetivos ecológicos.
Por lo tanto, no subestime el poder de los contragolpes y prepárese en consecuencia. Pueden venir de lugares sorprendentes. Por ejemplo, estamos viendo cómo algunos inversores centrados en ESG ceden ante la presión si los resultados a corto plazo de sus empresas participadas no se ajustan a las expectativas, independientemente de lo sólida que sea su estrategia ecológica a largo plazo.
Para mantenerse fuertes, las empresas deben centrarse en el sólido apoyo a la sostenibilidad de las principales partes interesadas:
- El 99% de los inversores utilizan la información ESG de las empresas como parte de su proceso de toma de decisiones de inversión.
- El 57% de los consumidores están dispuestos a cambiar sus hábitos de compra para reducir el impacto medioambiental negativo.
- El 70% de los empleados británicos espera que su empresa actúe en cuestiones sociales.
Empresas con un poder adquisitivo de 4 billones de dólares solicitan información ASG a sus proveedores en todo el mundo.
3. El director financiero como héroe de la sostenibilidad
Ahora que la información sobre sostenibilidad exige niveles de divulgación similares a los de los resultados financieros, se exige a los directores financieros que confíen plenamente en sus informes, lo que significa ser mucho más participativos.
Y con el jefe financiero a bordo, la información sobre sostenibilidad puede, por fin, ocupar su lugar junto a los datos financieros en el centro del proceso de toma de decisiones de una empresa.
Los beneficios serán de gran alcance. Con las métricas adecuadas y la implicación de la dirección, las empresas pueden ir más allá del cumplimiento de la normativa y comprender el papel de la sostenibilidad a la hora de impulsar el rendimiento empresarial y crear valor a largo plazo.
Es probable que la conexión entre sostenibilidad y estrategia se haga evidente y, dado el creciente apetito de inversores y clientes por empresas y productos ecológicos, unas métricas ESG más sólidas pueden convertirse también en una poderosa ventaja competitiva.
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4. Tan ecológico como su eslabón más débil
Tras haber mirado en su interior para asentar sus datos y su estrategia sobre una base sólida, las empresas tendrán que mirar cada vez más más allá de sus propios muros.
La propuesta de Directiva de la UE sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad exige a las empresas que presten más atención a sus cadenas de suministro, desde los derechos humanos hasta las normas medioambientales.
También hay presiones de empleados, clientes e inversores para que las empresas sean más conscientes de cómo se fabrican los productos y cómo se utilizan. Adoptar un enfoque de toda la cadena de valor revelará aún más sobre la verdadera sostenibilidad de cada organización, por lo que las empresas deben prepararse adecuadamente para este nuevo nivel de transparencia.
5. Más allá del carbono: La biodiversidad nos llama
El debate sobre el cambio climático se ha intensificado con razón en los últimos años: la opinión pública ha empezado a darse cuenta de su impacto y se han aprobado nuevas normativas para hacer frente a este problema.
Los próximos cinco años también girarán en torno a la biodiversidad. Esto significa ir mucho más allá de la conservación y plantearse cuestiones fundamentales sobre el valor que se extrae de la naturaleza y cómo se mitiga su impacto. Esto se extenderá mucho más allá de las áreas de alto impacto como la madera y la minería.
Según el Foro Económico Mundial (FEM), más de la mitad del producto interior bruto mundial depende de la naturaleza.
Cómo quedar bien bajo la luz brillante
En resumen, habrá pocos escondites en los próximos cinco años. Incluso los reacios a la sostenibilidad tendrán pocas opciones.
La transparencia, la rendición de cuentas y la visibilidad sustituirán al «lavado verde», el «deseo verde» y el «escamoteo verde». Puede que haya que ir al gimnasio verde para asegurarse de que se está preparado para la acción».
Publicado en ESG Today, escrito por el Dr. Matt Bell, director de Servicios Globales de Cambio Climático y Sostenibilidad de EY