David Brown, director de transición energética de la firma Wood Mackenzie, escribió un artículo vinculado a un estudio realizado por la consultora sobre el potencial de Colombia para liderar la transición energética en América Latina, siguiendo el Servicio de Transición Energética de la empresa y Wood Mackenzie Lens. A continuación la publicación:
La exploración de petróleo y gas ha estado en el centro de la estrategia energética nacional de Colombia y de su Empresa Nacional de Petróleos, Ecopetrol. Pero a medida que el mundo se descarboniza y Colombia se centra en su propio objetivo de cero emisiones netas, soplan vientos de cambio. ¿Cómo puede ahora el país convertirse en líder regional en un enfoque sostenible de la energía?
Aunque las secuelas de la crisis energética han impulsado la inversión en petróleo y gas a corto plazo, la descarbonización es una tendencia estructural impulsada por la economía y la política. Por ejemplo, los costos de los vehículos eléctricos (VE) ya están a la par con los del motor de combustión interna (MCI) en los principales mercados.
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Reposicionamiento de Colombia para un futuro con menos carbono
Los objetivos de emisiones netas cero cubren el 88% de las emisiones mundiales, y la política asociada incentivará la inversión en tecnología de carbono cero y el abandono de los combustibles fósiles. Como era de esperar, los anuncios de las empresas de todo el mundo muestran que el gasto en nuevas energías se acelerará.
Colombia produjo alrededor de un millón de barriles diarios (mb/d) de petróleo en 2022 y tiene valiosas exportaciones de productos a Estados Unidos. Pero los esfuerzos de EE.UU. en el marco de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) están diseñados para impulsar la descarbonización hacia una senda de 1,5 grados. En esta senda -que exploramos en nuestro escenario AET-1,5- la demanda de petróleo en el sector del transporte estadounidense podría caer a menos de 1 mb/d en 2050. Esto pondría en grave peligro las exportaciones de líquidos de Colombia.
A medida que los gobiernos y los mercados de todo el mundo se centran en cómo alcanzar el cero neto, las fuentes de creación de valor en el mercado energético cambiarán drásticamente.
Entonces, ¿cómo puede Colombia maximizar su exposición positiva a esta tendencia?
Colombia podría diversificarse en la exportación de metales
Colombia ya es un pequeño productor de níquel y podría cambiar su producción de ferroníquel por la de sulfato de níquel, utilizado en las baterías de los vehículos eléctricos. Colombia es también uno de los 20 gobiernos que tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Se trata de una pieza fundamental de la política comercial en vigor que podría apoyar la expansión del comercio con Estados Unidos tras el IRA.
Colombia también cuenta con importantes reservas de cobre, otro metal esencial para la transición energética. Se necesitan más exploración y claridad en los permisos para aumentar la producción.
Luz verde al hidrógeno bajo en carbono
Con la expansión de la energía eólica y solar, esperamos que la reducción de los costos de la electricidad ayude al hidrógeno verde producido en Colombia a ser económicamente competitivo con las formas actuales de producción de hidrógeno y algunas fuentes de combustibles fósiles en la década de 2030.
Las estrategias de conversión de hidrógeno en energía son clave para las vías de descarbonización en Europa y Asia, lo que los convierte en mercados de exportación potenciales clave para el hidrógeno producido en Colombia. Estimamos que el coste nivelado del hidrógeno (LCOH) en Colombia podría ser similar al de Chile. Los volúmenes potenciales de exportación de Colombia serían competitivos a nivel mundial, especialmente en Europa.
Colombia puede ampliar su posición en el mercado mundial de compensaciones de carbono
Nuestras perspectivas para las compensaciones de carbono sugieren que, en un escenario neto cero, la demanda global podría aumentar hasta unos cinco mil millones de toneladas en 2050.
Colombia tiene un gran potencial para aumentar su inversión en compensaciones, especialmente en los mercados de silvicultura y uso del suelo. Los proyectos que puedan proporcionar compensaciones de alta calidad podrán obtener una prima en el mercado.
Para el gigante energético colombiano Ecopetrol, el acuerdo de créditos de carbono entre el Gobierno de Guyana y Hess Corporation es un caso de estudio válido.
Ecopetrol tiene un perfil total de emisiones similar al de Hess, y el acuerdo se considera una referencia en el sector por su estructura, escala potencial y las implicaciones para las emisiones globales de Hess.
Aprovechar la oportunidad de las CCUS
Dados los costos de las tecnologías implicadas, será necesario cierto nivel de apoyo gubernamental para que la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) obtenga un rendimiento del capital.
Colombia aún no ha anunciado ningún proyecto de CCUS, a pesar de tener un objetivo neto cero y un potencial de almacenamiento de CCUS.
El Gobierno de Colombia ha manifestado su apoyo político al hidrógeno bajo en carbono; para cumplir su objetivo de emisiones netas cero, el CCUS tiene que formar parte de la ecuación también en Colombia.
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