El sector de las energías limpias de Latinoamérica pide una taxonomía global

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El sector energético de América Latina pide la creación de una taxonomía global que establezca estándares para las tecnologías de energía limpia e instrumentos financieros para atraer inversiones en tecnologías de energía limpia, según publicación de Argus.

Alrededor de 1,8 billones de dólares se invirtieron en tecnologías de energía limpia a nivel mundial en 2023, según la Agencia Internacional de Energía (IEA), con sede en París. Más del 80% de esa inversión se destinó a las economías desarrolladas y a China, mientras que menos del 15% de las inversiones en proyectos de energía limpia se realizaron en economías en desarrollo.

Según la IEA, la inversión en energías limpias en las economías emergentes y en desarrollo debe multiplicarse por más de seis en los próximos 10 años, hasta alcanzar los 1,6 billones de dólares.

«Estamos avanzando en energías limpias, pero aún estamos lejos de alcanzar los objetivos para 2030», afirmó Clarissa Lins, fundadora y directora ejecutiva de la consultora Catavento.

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Taxonomía global

América Latina cuenta con los recursos necesarios para la transición a energías más limpias en toda su cadena de suministro, ya que cuenta con un porcentaje de energías renovables en su mix energético del 60%, el doble de la media mundial.

Países como Brasil tienen un inmenso potencial para descarbonizar su sector del transporte utilizando biocombustibles, mientras que la región cuenta con vastos recursos de minerales críticos para la transición, pero necesita mejorar su perfil de riesgo-rentabilidad si quiere atraer más inversión privada en tecnologías energéticas limpias, y esta es una tarea que no puede realizar sola.

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La creación de una taxonomía mundial que establezca normas y definiciones de tecnologías y herramientas financieras es un primer paso.

«Tenemos que definir lo que significan los bonos, el hidrógeno bajo en carbono y los combustibles sostenibles para poder atraer inversiones», declaró el secretario de hidrocarburos del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, Pietro Mendes.

América Latina podría beneficiarse de esta taxonomía global, ya que también podría añadir valor económico a muchos productos fabricados en la región que ya tienen una baja intensidad de carbono, dada la matriz energética menos contaminante de la región.

Estabilidad e incentivos

A escala regional, los gobiernos deben garantizar la estabilidad jurídica y crear los incentivos económicos y los beneficios fiscales adecuados para las energías renovables. Los responsables políticos deben trabajar en colaboración con el sector privado y las comunidades locales para garantizar que los promotores puedan materializar sus proyectos a tiempo.

«Todo lo que se produce en Latinoamérica ya tiene dos veces menos carbono que en el resto del mundo», dijo Viviana Coelho, gerente ejecutiva de cambio climático de Petrobras.

«Todo lo que se produce en Brasil tiene cuatro veces menos carbono que en el resto del mundo, pero eso no se valora globalmente. Una taxonomía global añadiría valor a los productos que conseguimos producir con menos emisiones», afirmó Coelho.

En esta línea, los procesos de licitación deben ser más transparentes, ofreciendo una vía clara a los inversores que garantice que podrán firmar los contratos de sus proyectos.

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«Necesitamos licitaciones más viables para evitar la ausencia de ofertas», afirmó Andrea Arrobo, ministra de Energía de Ecuador. El país convocó el año pasado una licitación para 500 MW de capacidad combinada eólica, solar y de biomasa. Según el gobierno, no se recibieron ofertas para proyectos de biomasa. Y algunos nuevos proyectos eólicos y solares adjudicados en subastas anteriores han sufrido retrasos debido al largo proceso de firma de los contratos de concesión.

Latinoamérica no debe limitar sus ambiciones en la transición energética a la generación de energía más limpia y debe pensar en el futuro para aprovechar sus recursos para producir subproductos bajos en carbono.

«La región no necesita pensar solo en exportaciones de hidrógeno verde, sino también en exportaciones de fertilizantes verdes y productos petroquímicos verdes. Necesitamos desarrollar toda la cadena de suministro para producir otros productos e industrializar nuestros países», dijo Pietro Mendes.

La integración entre gobiernos e industrias también es necesaria para tener éxito con este objetivo, ya que las empresas que estén dispuestas a descarbonizarse pueden asumir los costos de producir productos verdes, pero eso también equivale a un marco jurídico competitivo.

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