RSM, empresa proveedora de servicios de aseguramiento, impuestos y consultoría para empresas del mercado medio, revela que el 57% de las empresas en América Latina están rezagadas en la implementación de las normas obligatorias de informes de sostenibilidad.
Los hallazgos provienen de la encuesta ESG Latin America Landscape 2024, que comparte los desafíos y oportunidades que enfrentan 200 empresas latinoamericanas hacia la adopción de las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) S1 y S2.
Aunque las empresas latinoamericanas parecen estar dirigiendo su atención a la sostenibilidad, RSM encontró que el 46% tiene una política o estrategia formal de sostenibilidad, y solo el 50% de las empresas emplean a un Jefe de Sostenibilidad dedicado.
Preocupantemente, el 22% de las empresas encuestadas aún no han elevado la sostenibilidad a un papel o función estratégica en sus organizaciones, por lo que es un tema descuidado fuera de las conversaciones de la sala de juntas.
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Datos del reporte
La encuesta reveló que, si bien la información no financiera es un área crítica, muchas empresas se están quedando atrás, ya que solo el 40% de las empresas informan públicamente sobre sus prácticas ESG.
En el informe que acompaña a la encuesta, RSM destaca que las empresas tienen más éxito en la aplicación de las normas de información cuando se integran con los compromisos y objetivos relacionados con su estrategia.
Cuando se pidió a las empresas que compartieran sus mayores retos a la hora de mejorar sus resultados en materia de ESG, el 30% de los encuestados señalaron la generación de indicadores clave de rendimiento y su correspondiente seguimiento. Una cuarta parte de las empresas también identificó como un reto la medición de su huella medioambiental y su impacto social.
Paola Piña, líder del Hub ESG de RSM en América Latina, dijo: «Tomando los resultados de nuestra encuesta, instamos a las empresas a que la sostenibilidad no solo se perciba como una obligación regulatoria, sino como un motor de rentabilidad a largo plazo y de acceso a una financiación más favorable. Esto apela directamente al corazón de la estrategia financiera corporativa, revelando un avance en el estado de madurez respecto a la comprensión y el valor del desarrollo ESG».
Además, la falta de experiencia por parte de los líderes empresariales, así como de recursos dentro de la organización, se identifican como los mayores obstáculos para mejorar el desempeño ESG, con 22% que así lo afirma en toda la región.
Paola Pina añadió: «En algunos países latinoamericanos puede haber regulaciones menos estrictas o pocos o ningún incentivo relacionado con los informes ESG en comparación con otras regiones como Europa o Norteamérica, lo que lleva a priorizar otras preocupaciones empresariales. Así, según la encuesta, existen claros extremos. Por ejemplo, solo el 32% de las empresas mexicanas tienen una política de sostenibilidad declarada, mientras que las chilenas alcanzan el 66%».
Números en la región
América Central
Aunque Centroamérica sigue un patrón similar al de América Latina en cuestiones ESG, hay algunos matices importantes a destacar. Según las empresas centroamericanas que respondieron a la encuesta, el 51% de estas organizaciones tienen un responsable de sostenibilidad o un puesto directivo dedicado exclusivamente a la sostenibilidad, frente a la media latinoamericana del 43%.
Sin embargo, solo el 45% ha desarrollado una estrategia formal de sostenibilidad. Existe una gran oportunidad para avanzar en la creación de políticas claras y sólidas.
Brasil
Debido al papel clave de la Amazonia en la regulación del clima y la diversidad globales, Brasil presenta un interesante grado de madurez en cuestiones medioambientales. Pero, el 47% de las empresas de Brasil afirman que los indicadores clave de rendimiento y la supervisión son el mayor reto para su rendimiento en materia de ESG.
Se espera que la incorporación de nuevas tecnologías y soluciones en este ámbito impulse mejoras que permitan orientar las actividades hacia el cumplimiento de estos objetivos.
Chile
Chile se posiciona dentro de América Latina como uno de los países maduros de la región en materia ESG. El 66% de las empresas chilenas encuestadas declararon tener una política o estrategia ESG formal, la tasa más alta de la región.
Aún así, el 38% de las empresas chilenas señalan la falta de formación y recursos como un desafío para mejorar su desempeño ESG. Aumentar la formación y los conocimientos internos, así como disponer de herramientas y sistemas de apoyo, son acciones necesarias para continuar con este progreso.
Adicionalmente, el 40% de las empresas chilenas indica que el pilar G (gobierno corporativo) es un tema clave para el compromiso de las empresas y su incorporación de la sostenibilidad. Las empresas que refuercen la información pública, las políticas internas y el liderazgo comprometido pueden capitalizar la mejora de la percepción de confianza y mejorar su reputación ante inversores y grupos de interés.
Colombia
Colombia muestra un progreso ligeramente superior a la media. Su tasa de información pública sobre prácticas ESG es la más alta de América Latina, con 51%. Sin embargo, al 31% de las empresas colombianas les resulta difícil adaptarse a múltiples normas ESG.
Esto puede estar directamente relacionado con el tipo de normatividad del país, que a diferencia de otros países de la región, es más desagregada y enfocada en temas específicos, como la economía circular.
Además, desencadena claramente la sensación de falta de profesionales expertos en materia de sostenibilidad que puedan llevar a cabo dicha responsabilidad.
México
La encuesta constata un porcentaje muy bajo de empresas mexicanas que informan públicamente sobre sus prácticas ESG, con 25%, probablemente debido a la falta de regulación existente en los últimos años.
Lo cierto es que esperamos que esta tendencia cambie claramente en los próximos 12 meses. Esto se debe a las nuevas regulaciones aprobadas y al cambio de administración presidencial en México. Bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, ella traerá un perfil científico y una mayor inclinación hacia las políticas sociales y ambientales en particular.
En este sentido, las empresas locales tendrán que tener una reacción rápida y sólida para poder responder a los nuevos requerimientos.
«En Brasil vemos un enfoque más avanzado para medir el impacto social, mientras que en México, todavía hay un largo camino por recorrer en términos de integración de la sostenibilidad como una función estratégica dentro de las organizaciones. Esto refleja las diferentes realidades y retos a los que se enfrenta cada país para alinearse con los estándares globales», indicó Eileen Turkot, líder regional de América Latina de RSM International.
«En nuestra investigación, es evidente que la madurez en la adopción de criterios ESG varía significativamente entre los países de América Latina», concluyó Turkot.